La Habana, 6 de julio de 2025 – La masonería en Cuba vive una coyuntura crítica que ha desatado una lucha abierta entre la orden masónica y el aparato estatal. Ayer, Juan Alberto Kessel Linares (Gran Maestro legítimo) y Víctor Bravo Cabañas (Gran Secretario) fueron detenidos en la estación policial de Picota, en lo que muchos definen como un acto de represión coordinado por la teniente coronel Kenia María Morales Larrea —conocida por sus operativos contra opositores— para impedir su participación en la sesión de la Alta Cámara fijada para el domingo.
Origen del conflicto masónico cubano
El 25 de mayo pasado, más del 60 % de los masones presentes en la Alta Cámara votaron por destituir a Mayker Filema Duarte como Gran Maestro, acusándolo de perpetuarse en el cargo tras suspender las elecciones internas . En su lugar fue nombrado Juan Alberto Kessel Linares. Sin embargo, Filema se mantuvo al frente de la Gran Logia, firmando decretos de suspensión para logias y miembros críticos .
Injerencia gubernamental en la masonería cubana
Lejos de amparar el fallo interno, el Ministerio de Justicia respaldó públicamente a Filema y reconoció su liderazgo, incluso impuso a Lázaro Cuesta Valdés como Comendador del Supremo Consejo en lugar de José Ramón Viñas, conocido por su postura crítica al régimen . El MINJUS también amenazó con congelar las cuentas bancarias de la institución y revocar su reconocimiento legal si no se alineaban con su postura .
Resistencia masónica cubana frente al gobierno
Este domingo, decenas de masones —armados solo con su convicción— se plantaron frente al emblemático edificio de la Gran Logia. Normalmente protegidos por su autonomía, esta vez irrumpieron por la fuerza en el inmueble al grito de “¡Al combate corres Bayameses, que la patria os contempla orgullosa!…”, desafiando la intervención estatal.
La destitución de Filema fue respaldada por un amplio quórum de 121 miembros, incluidos 117 representantes, considerada legítima conforme a los estatutos. Aún así, el MINJUS continúa ignorando los caminos legales emprendidos por los masones y favoreciendo al líder destituido .
Contexto histórico
Esta no es la primera vez que la masonería cubana lidia con la intervención estatal. En agosto de 2024, surgió otro enfrentamiento cuando el anterior Gran Maestro, Mario Urquía Carreño, fue señalado por irregularidades financieras y partidismo, lo que llevó a la suspensión de varias logias y a una intervención del Ministerio de Justicia . Sin embargo, la situación de 2025 implica un escalamiento directo: detenciones, respaldo estatal a un líder impugnado, amenazas institucionales y un enfrentamiento público.
¿Hacia dónde va todo esto?
La proclamada sesión de Filema para este domingo se perfila como un punto de inflexión. Según Kessel, será una prueba decisiva para definir si la masonería cubana recupera su autonomía o queda subordinada a los dictados del MINJUS (). La comunidad masónica, que suma cerca de 22 000 miembros distribuidos en más de 300 logias , ve en esta confrontación una defensa de principios fundacionales: soberanía interna, legalidad y dignidad.
Conclusión
El conflicto actual simboliza mucho más que una disputa de liderazgo: representa la línea de defensa de una institución civil tradicional frente al control estatal. El uso de la fuerza, la detención de líderes y las amenazas legales demuestran una escalada preocupante. Mientras tanto —cantando el Himno Nacional— los masones cubanos se mantienen en pie, defienden su historia y reclaman su derecho a decidir sin imposiciones externas.
Próximos pasos e incógnitas por resolver:
¿Se permitirá la sesión del domingo que confirme a Kessel como Gran Maestro? ¿Intervendrá la comunidad internacional o logias hermanas en defensa de la autonomía masónica? ¿Enfrentará el Estado una resistencia sostenida similar a la de 2024?
Este artículo será actualizado conforme surjan nuevos movimientos o declaraciones oficiales.



